top of page

Junio 7: Libertad de expresión silenciada

En vísperas del Día de la Libertad de Expresión, con independencia del 3 de mayo en que ahora se celebra la libertad de prensa para coincidir con la fecha establecida por la ONU, imposible no reflexionar en torno al silenciamiento atroz que en México tiene lugar contra quienes ejercen dicha libertad, pues cuando la libertad de expresión enmudece, muere con ella la democracia.¿Por qué el silenciamiento? Porque en la medida que la libertad de expresión es respetada la sociedadpuede acceder a la información y al conocimiento de la verdad y cuando esto sucede quienes detentan el o los poderes son desenmascarados y pierden su control.

Por eso es acallada, tanto más en la medida que se aspire a hablar con verdad, porque así como la verdad es el mayor peligro que enfrenta el poder, el poder lo es para la verdad. Verdad y poder son y han sido antagónicos a lo largo de la historia de la humanidad, como han reconocido y demostrado diversos teóricos -entre ellos Hanna Arendt-, en cambio, la mentira es proclive al poder, sirvienta de éste, inherente a él, no solo porque le sirve a su demagogia, sino para perpetuarse con él en la medida que se convierte en parte orgánica del totalitarismo.

Por eso también la democracia florece con la verdad y el totalitarismo con la mentira y cuando alguien eleva su voz para manifestarse y encarar al poder hablando desde la verdad, se convierte en enemigo de todo el que busca adueñarse de aquél. Y algo más, la libertad de expresión es el conducto por excelencia de la libertad de pensamiento, su válvula de escape. Si se silencia, el pensamiento se verá forzado a encontrar otras vías y algunas podrán ser explosivas, porque por más voces que puedan cegarse, no podrá silenciarse a la conciencia social de la que éstas son representantes, otras nuevas surgirán.

Mientras tanto, la mudez de una sociedad silenciada tomará la estafeta, hablará y revelaráel grado de profundidad de la crisis generalizada en la que está sumida. Si un país lo sabe es México. Nación silenciada de muchas formas,mediante asesinatos, desapariciones, extorsiones, despojos, pero también al ser desoída por sus gobernantes por más que eleve el pueblo su voz.

Hace unos días en el C5 de la Ciudad de México, la Conferencia Nacional de Gobernadores y los titulares de la secretaría de Gobernación y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en observancia a la recomendación 24/2016 de este último organismo, presentaron un convenio para garantizar la protección de periodistas en el ejercicio de la libertad de expresión mediante el establecimiento de fiscalías especializadas, eliminación de los tipos penales locales subsistentes de difamación y calumnias y homologación de protocolos de protección.

La creciente violencia contra la libertad de expresión se ha sumado a la ola de sangre y dolor que enluta a nuestro país en todos los confines. ¿Servirán estas nuevas medidas? Por lo pronto el escepticismo imperará en el sentir social porque la realidad supera toda imaginación ante los niveles execrables de corrupción, impunidad y doble discurso oficial a los que hemos llegado. La crisis humanitaria que padecemos alarma a propios y extraños,de ahíla solidariademanda de justicia que han hecho ante el Estado mexicano 186 corresponsales extranjeros: el Estado no es ya el único enemigo natural de la libertad de expresión, lo son también otros actores incontrolables y radicalizados, emergentes de la propia sociedad.

Oriana Fallacilo dijo.“Ninguno que gobierne con mano de hierro, castrando libertades ajenas, censurando, la palabra y la obra de los gobernados que difieran con ellos, actúa con la fuerza de la razón”. Tampoco lo hacen quienes sin gobernar oficialmente, solo de facto, silencianla voz de los periodistas que buscan hablar con verdad.


bottom of page